MARYCARMEN HERRERA | SOLA Y SIN MI
Quizás es este el curso-taller que ha ocupado más tiempo de mi quehacer como profesional de la salud psicológica y sexológica; posiblemente sea por el género y algo que inició de manera incipiente como un taller a presentar en un Congreso de Sexología; se ha convertido en el estudio de un fenómeno importante, ya que llevo impartiéndolo y documentándolo por casi 6 años y cada vez que lo imparto, sigo ratificando que ha podido dar respuesta a las mujeres, de un aspecto de nuestra vida, que puede parecer natural y que sin embargo al expresarnos en voz alta y a nivel grupal; vamos tomando conciencia de la magnitud que tuvo y tiene en nuestra vida.
La relación madre hija, es dentro de las relaciones humana, la más complicada y conflictiva; en muchos casos, desde que nacemos y se exacerba cuando llegamos a la adolescencia ya que nuestra madre, está en una edad en la que biológicamente empieza a declinar.
Esta conflictiva genera en la hija, “un corazón necesitado de amor” según Karen Horney; y otros autores igualmente reportan un vacío, una necesidad de ser mirada y validada por nuestra misma madre y por los otros.
El poder dar un sustento, una explicación científica y darnos cuenta cuanto coincidimos con los sentimientos descritos; nos permite una restauración a través de las experiencias vivenciales compartidas, pudiendo además fortalecer nuestro propio respeto y dignidad; sobre todo al tomar conciencia de los modelos y conductas socioculturales aprendidas por hombres y mujeres, que únicamente han causado, en ambos: insatisfacción, lejanía y violencia en diferentes niveles; desde la más sutil, hasta llegar a situaciones extremas. Asimismo, detectar que tan dependientes y codependientes hemos aprendido a ser, al seguir las pautas del entorno y los medios de socialización.
El objetivo del curso es: conocer el origen de este vacío afectivo y trabajar en nuestro empoderamiento que significa: “Proceso que va de la opresión, a la autonomía y autodeterminación” logrando una mayor conciencia y con ello sentirnos y tratarnos a nosotras mismas, como seres dignos de respeto al conocer y explorar a lo largo de nuestra vida, las fortalezas, aptitudes y habilidades que hemos desarrollado y que nos han permitido salir adelante.