MARYCARMEN HERRERA | Importancia del proceso de la pubertad
La etapa de la pubertad es un parteagüas en la vida del ser humano sobre todo si se llega a ella, sin un bagaje que pueda sostenerle emocionalmente.
Científicamente la descripción sería: “Una etapa de transición de la inmadurez reproductiva a la madurez reproductiva”. Esto puede asustar a algunas personas ya que debido a la “tendencia secular” la cual abarca varias generaciones (100 años más o menos), hay en las generaciones actuales, una disminución en el inicio de la pubertad y un aumento de estatura y peso, es por ello que las chicas están iniciando su menstruación; que marca la pubertad en la mujer, a los 9 o 10 años. En los chicos se da más o menos entre los 12 y 13 años con la primera eyaculación o emisión nocturna.
Los cambios físicos los conocemos, los hemos vivido; sin embargo, los más importantes son los emocionales que los acompañan ya que es una etapa de grandes pérdidas que frecuentemente no es tomado en cuenta por los padres.
Primera Pérdida:
El cuerpo de niñ@ que conocía tan bien; que era flexible, confiable y no cuestionaba si lo aceptaba o no, ahora crece de manera no armónica ya que lo primero que le crecen… son los pies y los brazos, lo cual le lleva a una torpeza que frecuentemente genera burla y crítica, además tiene una apariencia extraña, pues crece la nariz y la mandíbula se hace prominente, por lo que puede rechazarla intensamente, sobre todo si se compara con los estereotipos que brindan los medios de comunicación.
Un cuerpo que siendo mujer, conlleva para algunas mucho dolor en la menstruación o en la ovulación, es un cuerpo amenazante, ya que el entorno le exige determinada conducta o le reprimen juegos que disfrutaba! Además, genera sensaciones que no conoce y tampoco sabe manejarlas ya que nadie le explica que hacer con ellas… y pueden provocar: agrado, miedo, vergüenza, culpa, excitación, asco, curiosidad, etc. Por si esto no fuera poco, está el acné que le avergüenza y llena de inseguridad.
Segunda Pérdida
Pierde totalmente su “status” porque cuando era niñ@, le consentían, protegían, abrazaban y “apapachaban”; ahora, solamente le exigen, ordenan y critican; sobre todo si no cumple con las expectativas hacia él o ella.
Tercera Pérdida
Estos dos seres que le hacían sentir protegid@ y eran el punto de pertenencia al mundo; quienes independientemente de su conducta, satisfacían sus necesidades y a quienes incluso podía admirar además de amar… ahora puede verles tal y como son; puede ver sus fallas, sus incongruencias y ver las exigencias que le hacen, y que los mismos progenitores no cumplen.
Estas pérdidas que viven junto con el desarrollo del área de asociaciones del cerebro, el área prefrontal (ubicada en la frente) le llevan ahora a poder analizar, discriminar y manejar un pensamiento abstracto que no podía manejar cuando era niñ@.
El grupo de amigos (pares) le proporcionan elementos importantísimos en su socialización y le enseñan:
Qué es la intimidad: la capacidad de compartir sus sentimientos más profundos, con honestidad y autenticidad con otra persona en una reciprocidad que resulta enriquecedora y gratificante, sabiéndose aceptad@.
Sentimientos desinteresados, los cuales, no son condicionados a una conducta, como lo hace su entorno familiar y escolar. Estos sentimientos además, le preparan para relacionarse profunda y fraternalmente con otro ser humano.
Le apoyan además en la integración de su identidad sexual socio-cultural. Que significa; saber cómo comportarse como hombre, no sólo ante los demás hombres sino ante las chicas principalmente y le apoyan en tomar la confianza o por lo menos el riesgo de experimentar: desde hablarle, hasta “cómo llegarle a una chava” (traducido a nuestro “octogenario” lenguaje: declararse a una chica) y cómo conducirse o comportarse siendo mujer, con los chicos.
Esto independientemente de la información que traigan de casa, si se les ha orientado, informado y preparado o no, en lo referente a su despertar sexual ya que en un afán de protegerles o no “despertar” inquietudes; en un alto índice, no se les da ninguna orientación por lo que estarán en una posición más vulnerable ante los estímulos y pulsión sexual que caracteriza esta etapa.
Cada una de las etapas anteriores a la pubertad, tienen necesidades emocionales y afectivas específicas, si éstas fueron satisfechas, su bagaje será suficiente para fortalecerles y les apoyará para poder trascender de una manera más armónica y amable esta etapa. Su grupo de pares, se convierte ahora en la fuente de satisfacción de: estima, aprecio y pertenencia; esencial en su vivencia,
Todos estos elementos mencionados correspondientes a esta gran aventura que es la pubertad, generan confusión y sentimientos ambivalentes; especialmente de los 11 a 14 años en la que las reacciones pueden ser totalmente viscerales y un día pueden sentirse capaces de comerse el mundo o igualmente puede sentir que aborrece a papá y/o mamá pero también a la vez, pueden estar tan necesitad@s de ser acunados, protegidos, abrazados como cuando eran pequeñ@s.
Desgraciadamente en esta cultura en donde el temor a cualquier “connotación sexual” conlleva un alejamiento físico de las hijas porque “ya no son niñ@s” e igualmente de los chicos porque ya son y “deben ser hombres”. Sin tomar en cuenta que es una etapa en donde lo vital es: sentirse comprendid@, aceptad@ y sobre todo acompañad@ y el alejamiento físico y emocional afectan profundamente su mundo interno.
Las carencias que cada púber viva, aunada al bagaje emocional y afectivo con el que haya llegado de la niñez; marcará la diferencia entre tener la fuerza interna para enfrentarse y trascender esta etapa de manera adecuada o ser más vulnerable a la presión social y a los estímulos del entorno en cuanto a: inicio de vida sexual coital, drogas, alcohol, ausentismo, deserción escolar, etc.