El Sistema de creencias en el que hemos crecido, ha creado estereotipos, tanto de ser hombre, como de ser mujer, que incluyen comportamientos, ideas, expectativas; que si analizamos profundamente, nos han llevado a tensiones, fricciones y en muchos casos a infelicidad por la creencia del “deber ser”; esto ha separado y generado resentimientos entre las personas que forman una pareja, creyendo que como hombre; tengo la obligación de ser el proveedor y que el hecho de que mi compañera trabaje, afecta mi hombría e incluso puedo llegar a envidiar, a resentir y “cobrar factura”. Asimismo, puedo pensar como mujer, que el hombre está para: mantenerme, amarme, hacerme feliz y satisfacer mis necesidades.
Esto tiene que ver con roles sexuales que también podemos sentir no equitativos: la mujer tiene que atender la casa y el hombre tiene que “mantener”; incluso a veces la mujer trabaja y no existe una economía del hogar en donde ambos aporten; sino que ella dice: este dinero es mío y a ti te toca mantener.
Todo esto, tiene que ver con el Género, el cual es socialmente estructurado; por lo tanto es factible de cambiar, acordar y re-decidir de manera que ambos nos sintamos satisfechos con nuestras decisiones y acuerdos.
Si tu relación de pareja; no está siendo “pareja”, pueden crecer y aprender a tomar otras decisiones y será grato acompañarles en este trayecto.